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Desde siempre, cuando duerme, acompasa su respiración con el latir de una burbuja de sus babas. Primero la burbuja se infla en la boca y chupa el paladar y luego se infla en la otra dirección afuera de los labios con la exhalación. Si duerme lo suficientemente profundo y respira lo suficientemente profundo hasta salir de la vida del tiempo del día y la noche y sintoniza con algún otro tiempo las babas algún día quizás o alguna noche se extienden a la barbilla y a la nariz y los ojos y entonces toda la cabeza y el cuerpo están totalmente cubiertas por una gran burbuja, la cara desactivada bajo el velo espeso de agua. Respirar despacio y profundo por debajo del tiempo de las caras lx cubre de anonimato, entonces nadie podría decir ya quién era, quién era quién, qué cuerpo era qué, o si un cuerpo estaba enfermo — todos los cuerpos hinchados y goteando y oliendo a beso pero quizás solo estaban escondiéndose o dormidos

Lo lejos que pudiera estar alguien de la muerte era entonces una pregunta sin respuesta, la muerte habrá sucedido en algún momento. Vale entonces cuando está dormidx o enfermx o al menos muertx y su cara ya no funciona pero su cuerpo sí, totalmente presente por siempre preservado en este plasma espeso aunque nadie lo sepa. La pregunta no es si alguien se ha muerto sino quién osa decir ahora que alguien se ha muerto, quién osa decir “muertx” y señala con el dedo un cuerpo mojado frío y sin cara y cuenta con que le importe a nadie

No tener una cara y estar muertx no es indicativo de un final o siquiera de un corte entonces y el tiempo sigue escurriendo lento y profundo al ritmo de respirar para nada. La pregunta no es quién osa decir ahora “está muertx” sino qué forma de pervivencia ha hecho de “muertx” una palabra inocua que arrojarle a nadie cuando nadie tiene caras ya … perdón son muchas preguntas: los bebés de quién serán los grandes hombres del mañana, los bebés sin cara de quién serán mecidos por las computadoras del mañana o por cualesquiera máquinas que vengan después para asegurarse de que no se despiertan de su sueño profundo y no estallan la burbuja que preserva sus cuerpos y así siguen prosperando … quién tiene más oportunidades ahora que ya no va tanto de caras o de estar enfermx o estar muertx o no — haber nacido tampoco debería importar porque si la muerte no es un final nacer tampoco es un principio así que bebés no, tendrá que ser alguna otra forma de descendencia, de prosperar, otra forma de pervivencia

Si ese cuerpo está muerto flotará en todo caso y si está en una burbuja flotará más todavía — tira saliva al agua o tira plasma y solo estarás contribuyendo a la inundación. Solo añade al mojado inevitable de todo que estropea algunas cosas y otras no tanto, it’s like rain on your wedding day perdón. Eso tiene que ser una nueva forma de autonomía no? que aquello que tenía que matarte no te mata porque ya eras aquello? porque ya erais la misma cosa? No autonomía en el sentido de cuando la gente tenía caras y nombres e importaba si no tenías cara o nombre pero en algún otro sentido ahora que nada de eso importa ya y potenciales latentes encuentran formas extrañas en las que hincharse en burbujas agregadas multitudinarias ahora que latente y pegajosx y hundidx eran cosas buenas

Cuenta la leyenda … “A un cuerpo en particular con su mascara de babas — estaba muy muerto este — la gente le metió aguja e hilo por la burbuja. Para evitar que estallara, primero pusieron un trozo de celo en la zona debajo de la nariz, y luego la aguja entró a través del trozo de celo y directa por una de las cavidades nasales. El hilo pasó por todo el cuerpo y salió de nuevo por la otra cavidad nasal. Y luego salió atravesando el celo otra vez y el proceso se repitió una y otra vez hasta que el cadaver con su máscara de babas parecía el capullo de un gusano enorme. Los hilos sueltos húmedos que le colgaban eran muy sensibles a las ondas electromagnéticas y a las corrientes y ayudaban a que sintiera y rodara por el laberinto en que ahora vivía. A ese en particular le fue bien.”

Beatriz Ortega Botas y Alberto Vallejo.

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